Perdona

domingo, 29 de agosto de 2010

Perdonar, palabra fácil de pronunciar pero bastante difícil de llevarla a la práctica.

Quien a lo largo de su vida no ha tenido un motivo para perdonar, una palabra hiriente, una crítica desmedida y lanzada en el lugar y el momento menos apropiado, hasta situaciones mas graves donde se han dejado heridas que todavía sangran profusamente al calor de unos recuerdos que nos resistimos a borrar de nuestra mente.

Como consecuencia de esto hay cientos de relaciones quebradas, matrimonios y amistades que podrían haber continuado en forma sana y fructífera, hoy están en problemas y las personas involucradas llenas de amargura y resentimiento.

Siempre hay dos partes en la ofensa., el ofensor y aquel que se siente ofendido, lo interesante de esto es que muchas veces los papeles se entremezclan y confunden, todo depende del color del cristal con que se miran.

Normalmente hace falta un primer paso, una primera palabra, un primer acercamiento para expresar una disculpa, un arrepentimiento y esperar una reconciliación y un perdón y casi siempre las dos partes involucradas están esperando que el otro al cual consideran el eventual ofensor, tome la iniciativa, esto puede durar horas, días, meses, años y en muchos casos toda la vida.

Una poderosa razón para que un cristiano perdone es porque así nos los manda el Señor...

Lucas 17:3 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale.

Lucas 17:4 Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.

Debemos perdonar porque esta es la única manera de romper el ciclo de culpa , dolor y falta de gracia. Es interesante observar que en el Nuevo Testamento la palabra griega usada para referirse al perdón significa literalmente , liberar, salir corriendo, librarse de algo.

Vivir atormentado por el resentimiento, que significa " sentir otra vez", es aferrarse al pasado, es sacar las costras de la herida y sangrar una y otra vez.

Con bastante frecuencia la única persona restaurada y sanada con el perdón es la que perdona.

Si te es difícil perdonar, no eres el único ni el primero, aun los Apóstoles tuvieron problemas al recibir la enseñanza del perdón de Lucas 17:4 y 5 , es interesante ver como respondieron al Señor......

Lucas 17:5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.

En otras palabras, nos hace falta fe para creer en este principio, nos hace falta mas fe para poder perdonar.........

Si hoy estamos resentidos y amargados por algo que nos hicieron, las razones pueden ir desde nimiedades y cosas sin importancia, hasta ofensas de mayor gravedad, .... ¿podríamos por un momento imaginarnos en una situación en la que se nos quita la vida cruel e injustamente? ...., ¿tendríamos la valentía de pronunciar una palabra de perdón para nuestros eventuales asesinos, momentos antes de que estos no arrebaten la vida?... me animo a pensar que no lo haríamos muy fácilmente.......

La Biblia nos enseña que el Señor se encontró en esa situación, ya crucificado a momentos de perder la vida , sin haber ofendido a nadie y menos cometido algún delito penado por la ley de esa época, refiriéndose a aquellos que lo crucificaron y al final lo mataron, elevo su voz al Padre y le rogo:

Lucas 23:33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen

Solamente poniéndonos en el lugar de Jesús en ese momento podemos admirar la grandeza de su oración,.... pedir perdón para sus asesinos ......

Él lo hizo porque es fiel a sus propias palabras, a sus enseñanzas y a sus principios eternos de amor y misericordia

El pudo implorar perdón para sus ejecutores porque ya los había perdonado , su puro corazón no albergaba ni aun ante semejante acto de injusticia y crueldad extrema, la mas mínima porción de odio ni resentimiento

Muchas de las ofensas que cargamos en nuestro caminar palidecen al recordar lo que le hicieron al Señor, ¿será que vale la pena cargarlas, llevarlas día a día, vivir resentidos , atados y amargados teniendo la llave que nos libera y sana nuestras heridas, poniendo en práctica lo que nos enseño Jesús hasta en el momento de morir?.......olvidar los agravios no es fácil, sin embargo es la única manera de encontrar paz con tus semejantes, contigo mismo y con el Señor, por lo tanto...........

PERDONA

Luk 6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.

Fernando Camacho Guerra