Imagínate una multitud de personas,… entre ellas muchas
expectantes terriblemente atormentadas , cansadas y abatidas ……todas tenían
algo en común …estaban enfermas, unas mas graves que otras , pero todas derrotadas
y desesperanzadas, muchas de ellas
seguramente lo habrán intentado todo, desde la medicina de esos tiempos hasta los
recursos mas desesperados para alcanzar la sanidad.
Si bien compartían el
estado de enfermedad seguramente entre ellas había muchas que no merecían la misericordia de que fuesen sanadas .
Frente a ellos Jesús,
quizás como para muchos de nosotros, su
ultima esperanza , su postrer puerto ……….pero
mejor que la escritura nos lo narre…….
Mat
14:13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar
desierto y apartado; y cuando la gente
lo oyó, le siguió a pie desde las
ciudades.
Mat
14:14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
El Señor conocía
muy bien todas las vidas , conocia sus
debilidades y sus miserias ….es mas también podía percibir su futuro , sabia
que entre aquellos que sanaría estaban algunos que utilizarían su recuperada
salud para herir y lastimar a otros.
El devolvió el habla
a muchos, que luego lo maldecirían y serian
hirientes con sus semejantes, restauro la vista a muchos que luego no volverían
ni siquiera para agradecer el favor inmerecido, restauro manos y cuerpos que
serian pronto instrumentos para llevar dolor y venganza.
El conocía el futuro
accionar de los que iba a tocar y sanar, y este no era precisamente lo que El
esperaría, sin embargo “sano a los que
de ellos estaban enfermos” no a algunos , no algunos pocos, ……..los sano a
todos.
El restauro y devolvió la salud a todos los enfermos que se le presentaron
cuando camino por esta tierra, …
¿ será que hoy cambio su corazón y no lo volverá a
repetir?.........
muchísimos testimonios se levantan y nos gritan que pese
a
nuestras miserias e ingratitudes y muy a pesar que no merecemos
de su misericordia …………..todavía lo hace
Sal 59:16 Pero yo cantaré de tu poder,
Y alabaré de mañana tu misericordia;
Porque has sido mi amparo
Y refugio en el día de mi angustia.