He visto a grandes atletas después de una larga carrera, caer desfallecidos por el cansancio físico, algo normal y esperado ante un esfuerzo importante aun en atletas altamente entrenados, sin embargo sin entrar en ninguna competencia deportiva ni realizar maratónicas marchas , muchas personas hoy están sufriendo lo que la ciencia medica ha denominado fatiga crónica, que es un agotamiento fuerte y prolongado (fatiga) que no se alivia con el descanso y no es causado directamente por otras enfermedades.
Entre los factores que pueden desencadenar esta enfermedad están considerados la edad, una enfermedad previa, el estrés, el medio ambiente o la genética.
Es que el modo de vivir moderno nos ha llevado a vivir tensionados constantemente, preocupados por cubrir cada vez mas y mas necesidades inventadas por la industria y el comercio modernos, hay metas que alcanzar , puestos que arrebatar, títulos que lograr, posiciones que defender y reconocimientos que encontrar. Sin llegar al extremo de ser víctimas del síndrome de fatiga crónica, estamos cansados, tenemos el cuerpo cansado, la mente cansada. y lo que es peor tenemos el alma cansada, ese tipo de cansancio que poco a poco nos doblega y se convierte en hastío.
Es cuando necesitamos ayuda , aunque no la pidamos, ni tengamos intención de hacerlo.
Hemos dejado fuera de nuestro caminar a Dios, nos hemos dedicado cada vez con mas ahínco a tratar de conseguir nuestros objetivos por nuestros propios medios y en nuestra propia fuerza y confiamos mas en nuestros brazos, crónicamente andamos fatigados, cansados y hastiados olvidándonos de la advertencia bíblica que dice:
Jer 17:5 Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.
Jer 17:6 Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.
Mas al advertirnos de los males que nos vendrán como consecuencia de haber dejado a Dios fuera de nuestros planes nos plantea la respuesta
Jer 17:7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová.
Jer 17:8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
Volvamos a creer que hay un Dios que es nuestro Padre, que se mueve por encima de las circunstancias, que aunque nos rodee la oscuridad de los problemas y ansiedades El todavía tiene el control. Si volvemos a entregarle nuestras cargas, seguramente superaremos el cansancio la fatiga y el hastío.
Isa 40:28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
Isa 40:29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Isa 40:30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
Isa 40:31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Fernando Camacho