Guarda la fe

viernes, 25 de junio de 2010


La velocidad con la que vivimos hoy en día nos hace olvidar muchas cosas que son sumamente importantes, y paradójicamente llenamos nuestra mente y tiempo con otras que a la larga resultan no ser tan determinantes y duraderas. Algo que no siempre recordamos , es que Dios ofrece mas amor, gracia y misericordia que la que nosotros podemos siquiera imaginar, quizás en un esfuerzo nosotros podríamos tratar de hacer algo parecido.

Intentemos empezar con aquellos que siendo nuestros compañeros de milicia, muchas veces los hemos separado de nuestro compartimiento por razones de intrascendentes diferencias doctrinales, Si estas personas pueden llamar Padre a Dios, ¿ no puedo yo llamar hermano a esa misma persona?

Te has puesto pensar que Dios no estableció la rigurosidad y perfección doctrinal, como requisito indispensable para pertenecer a su familia , ¿sería correcto que la estableciera yo?.
Si Dios me llena de misericordia y derrama su gracia sobre mi vida, perdonando mis pecados y errores , no debería yo tolerar los errores de otros? .
Si el Señor a pesar de lo que soy, permite que lo llame Padre , ¿ podría yo no conceder el mismo privilegio a otros, pese a que en algunos pequeños aspectos doctrinales piensen diferente?.

Mat 12:46 Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.
Mat 12:47 Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.
Mat 12:48 Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?
Mat 12:49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.
Mat 12:50 Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.


Por encima de guardar estos miramientos entre hermanos, mas prudente es que atesoremos y guardemos cosas mas importantes y determinantes.

Si imaginas al apóstol Pablo en sus últimos días, preso y condenado a muerte por defender el evangelio y si pudiésemos indagar algunas cosas de su vida y le preguntaríamos acerca de su familia, nos diría que no tiene ninguna, si interrogamos acerca de su salud, nos respondería que está cansado y magullado, sobre bienes y riquezas nos contestaría que nada en la tierra, a esto convendría preguntarle que es lo importante , que ha guardado y le sostiene, nos responderïa:

Tengo mi fe. es lo único valedero, es lo que me sostiene y lo que al final de mis días se que vale la pena

2Ti 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe

Fernando Camacho Guerra

Venciendo el temor

martes, 15 de junio de 2010



Temor, miedo, ansiedad son palabras que describen situaciones muy familiares para la vida de todos nosotros.

Una enfermedad súbita, una pérdida de empleo, un recrudecimiento de la gripe que en varios casos el año pasado resulto mortal, el calentamiento global , la incertidumbre económica etc. etc. podríamos llenar hojas y hojas con situaciones que nos llenan de temor, miedo y aflicción dia a dia.

El evangelio de Mateo nos cuenta un episodio muy singular que tiene que ver con el temor y el miedo..

Mat 8:23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.

Mat 8:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.

Mat 8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!


Los discípulos, Mateo incluido obedientemente siguieron al Señor, mas el premio no fue un tiempo maravilloso, un paisaje estupendo, sino todo lo contrario, una terrible tempestad que los lleno te terror. Sin embargo en medio de la tormenta el estaba presente y calmo la tempestad no sin antes decirles:


Mat 8:26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.

En el evangelio de Juan el Señor nos advierte y anima a la vez

Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.


La vida cristiana no es siempre un pasaporte a la tranquilidad y a una vida libre de preocupaciones y temores, nosotros los cristianos, también nos enfermamos, enterramos parientes . luchamos con adicciones ,nuestros hogares muchas veces tambalean, no pocas veces a la alegría de convertirnos y seguir al Señor se añade casi inmediatamente el rechazo y el mal trato de nuestros seres queridos mas cercanos.

No es la falta de problemas, aflicciones y temores lo que distingue a los cristianos, sino a quien encontramos en medio de nuestras tormentas , al Señor Jesucristo .

Juan 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.


Fernando Camacho Guerra


Amigo

martes, 8 de junio de 2010


Si quieres encontrar a alguien verdaderamente corrompido, un verdadero villano, la Biblia te lo presenta, su nombre es Judas.
Caminó con el Señor y fue discipulado, presencio los milagros de Cristo, mas permaneció sin cambiar, al final vendió a su maestro por 30 piezas de plata.
Judas es el ejemplo de lo despreciable, el campeón del cinismo….., ¿podrías tu considerarlo y verlo de otra manera? …. muy difícil, estimo que casi imposible.
Sin embargo el amor de Jesús no conoce límites, la escritura nos cuenta que a instantes de que lo traicione y lo entregue, el Señor le dijo “Amigo, ¿a qué vienes? .
Mat 26:47 Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo. Mat 26:48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle. Mat 26:49 Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó. Mat 26:50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron
Que vería en ese momento el Señor en la vida de Judas para llamarlo amigo, no lo sé, esto escapa a mi capacidad humana de perdonar y comprender, pero para llamarlo amigo aun en ese momento, seguramente el vio algo que nosotros no percibimos en la vida de Judas.
Así como el Señor, vio algo bueno en la vida de un villano como Judas, también puede ayudarnos a perdonar y ver lo bueno aun en aquellos que nos han ofendido.

“ Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.” Mateo 18. 21-22
Fernando Camacho